Los primeros recuerdos de la infancia de Dani Nefasto ( Granollers, Barcelona. 1978) son sus intentos de dibujar una vez y otra a Darth Vader y al monstruo de Frankenstein. Hoy, 42 años después, continúa con la misma obsesión (y alguna más). Amante del cine de terror, serie B y ciencia ficción, el artista barcelonés utiliza su creatividad para dar vida a sus criaturas a través de diversas expresiones artísticas.
Negromundo. Tienes un estilo muy genuino en cuanto a tu trabajo como tatuador. ¿Crees que es importante la especialización en el sector?
Dani Nefasto. Muchas gracias. Ir puliendo y definiendo un estilo y técnica es un trabajo diario. Pienso que no puede llegar un día en el que creas que ya lo sabes todo o has llegado a un tope porque, a parte de que te estarías engañando, dejarías de evolucionar. Y esto es básico en cualquier forma de expresión artística.
En cuanto a especializarse, creo que cada vez más va todo enfocado en ese sentido: a encontrar tu voz propia dentro de un estilo y que te reconozcan por ello… Pero como digo, es un trabajo duro y puede llegar a ser frustrante, pero creo que a la larga tiene sus recompensas.
NM. Mucha gente sólo tiene en cuenta a la hora de tatuarse el factor económico, relegando a un segundo plano la técnica o el estilo del tatuador. ¿Qué importancia tiene dedicar tiempo y reflexionar sobre la persona que te va a tatuar?
DN. ¡Para mí tiene toda la importancia! Es básico buscar el tatuador o tatuadora que creas que puede plasmar mejor la idea que tienes para tu tatuaje y dejarle imprimir en el diseño su toque personal. Como comentaba anteriormente, cada vez hay una mayor especialización en cada estilo y siempre vas a encontrar alguien que encaje a la perfección con tu idea.
Sí, es cierto que hay un sector de la clientela, que sólo se mueven por el factor económico, o que piensan que lo importante es “ir lleno de tinta” como si esto fuese una obligación, sin importar la calidad, estilo, etc. Para mí no tiene mucho sentido, pero allá cada cual con su piel.
NM. ¿A quién elegiste tú para tu primer tatuaje y por qué?
DN. ¡Mi primer tatuaje me lo hice yo! Para vivir la experiencia completa (risas).
NM. Muchas personas se acomodan en su zona de confort cuando su principal sustento económico le aporta lo necesario para vivir digna y cómodamente. En tu caso, pese a que el tatuaje es ahora tu principal ocupación, no abandonas otras formas artísticas de expresión como la escultura o la modelación. ¿Qué te aporta esta dedicación plena a tantos proyectos al mismo tiempo?
DN. Pues sobre todo me aporta poco tiempo libre… (risas). Para mí es todo lo mismo, todo lo que creo en cualquier disciplina se retroalimenta y de una forma u otra influye en las demás cosas que hago. Por ejemplo, trabajar el modelado puede influir en la manera de plasmar o entender el volumen o la forma de enfocar las texturas en los diseños o ilustraciones que realizo. Sí que es cierto que la agenda no siempre me permite dedicar todo el tiempo deseado a otros proyectos pero, en la medida de lo posible, no me gusta estar parado nunca.
Mucho me temo que, en este año tan distópico que estamos viviendo, más de una y uno hemos podido dedicar más tiempo a experimentar… Por suerte o por desgracia.
NM. Dar vida a tus criaturas artesanales debe ser muy laborioso, por no hablar del tiempo y dedicación que requiere. ¿Te duele desprenderte de ellas?
DN. Cierto, es muy laborioso… Aunque suene a tópico, al final son casi como hijos (un poco mutantes). Al ser todo el proceso manual, desde el boceto previo a los detalles finales, es inevitable para mí establecer un cierto vínculo emocional con cada pieza… Por un lado pienso que esto beneficia al resultado final, porque toda esa dedicación queda plasmada de alguna forma… Pero por otro lado, cada vez que me tengo que desprender de una es como un pequeño trauma que supero pensando que van a un lugar mejor.
NM. ¿Crees que se valora lo suficiente el trabajo artesanal?
DN. Creo que, como en todos lo ámbitos, hay de todo: gente que se interesa por tu trabajo, y valora todo lo que hay detrás. Y luego, al igual que en el mundo del tatuaje, hay una gran masa que interpreta la vida en clave de «fast food», y piensan que todo debe amoldarse a su concepción del mundo…
NM. Eres un gran aficionado al cine de terror clásico y has asistido en numerosas ocasiones al Festival de Sitges, siendo la primera vez a tus 14 años. Con esta perspectiva, ¿cuál es tu visión de la evolución del género en el séptimo arte?
DN. Wow, la pregunta del millón, intentaré ser breve… Así como en los 70 se vivió una etapa de libertad creativa y experimentación, sentando las bases del terror moderno, los 80 supusieron un autentico festival orgiástico para el género, exprimiendo al máximo todas sus vertientes y el potencial creativo. Los 90 fueron una especie de resaca de toda esta fiesta ochentera donde hubo una escasez de ideas generalizada, todo esto con sus excepciones, evidentemente. Como, por ejemplo, el repunte del llamado “ultra gore” alemán de principios de los 90. Con el nuevo milenio la cosa empezó a levantar cabeza con varios subgéneros dando un soplo de aire fresco, como el J-horror, que se consolidaba en occidente sobre todo a partir del remake americano de The Ring, o la nueva vuelta de tuerca que se le dio al gore con el subgénero del «torture porn», con el inicio de sagas como Hostel (2005) o Saw (2004), el nuevo extremismo francés con pelis tan destacables como Martyrs (2008, Pasca Laugier) o À l’intérieur (2007, Alexandre Bustillo y Julien Maury), también asistimos a un nuevo resurgir del género zombie con 28 days later (2002, Danny Boile), el remake de Dawn of the dead que nos trajo Zack Snyder en 2004, incluso el mismísimo padre del zombie moderno George A. Romero se sumó con su Land of the dead en 2005, y en cierta medida este resurgimiento zombie sigue hasta nuestros días con productos televisivos como Walking dead o pelis como Train to Busan, así que parece que la cosa tiene cuerda para rato.
Ya en la última década de vez en cuando aparece alguna peli o director que revoluciona en mayor o menor medida el género…, como Robert Eggers, Jordan Peele o Ari Aster entre otros… Así que de momento el género parece que goza de buena salud!
Mi previsión a corto plazo es que va a haber un boom de películas que, de algún modo, reflejen la temática de la pandemia mundial que estamos viviendo, ya que el tema por sí solo parece el argumento de una película de terror… El cine de género siempre ha tenido una tendencia consciente o inconsciente a reflejar los terrores que afectan a la sociedad en cada periodo histórico. ¡Veamos que sale de todo esto!
El cine de género siempre ha tenido una tendencia consciente o inconsciente a reflejar los terrores que afectan a la sociedad en cada periodo histórico.
NM. ¿Y del territorio nacional específicamente?
DN. En el territorio nacional la historia del cine de género sigue su propio curso, marcado muchas veces por factores externos al propio cine. Creo que la cosa empezó bastante bien a principios del S.XX con los cortos fantásticos de Segundo de Chomón y demás pioneros. Hasta que la cosa se truncó con la Guerra Civil y el franquismo, para eclosionar a finales de la dictadura con el llamado fantaterror, que vivió una época dorada durante los 60 y 70 (no me extiendo aquí, pero muchos de los grandes títulos de género son de esta época). Al llegar los 80 quizá por desgaste de la audiencia y por la Ley Miró que otorgaba subvenciones y promovía un tipo de cine autoral de temática más social abocaron a las producciones de género casi a su desaparición. Salvo excepciones, como por ejemplo Juan Piquer Simón, que intentó mantener a flote una producción más o menos constante en esa época.
Y llegados los 90, que es donde se produce un cambio generacional y llega nueva sangre dispuesta a revolucionar el panorama nacional, tenemos a Álex de la Iglesia a la cabeza, que con su Acción Mutante (1993) y El día de la bestia (1995) volvía a poner en el mapa el cine de género en España. Además, esta nueva época dorada me pilló en plena efervescencia adolescente, ¡y la viví muy intensamente! Eran tiempos de La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos (1993, Antonio Blanco y Ricardo Llovo) y Aftermath (1994, Nacho Cerdà), vistas en cintas de VHS regrabadísimas. Llegaría también Alejandro Amenábar con su Tesis (1996), Abre los ojos (1997) y Los Otros (2001). Ya entrando en el nuevo milenio, Jaume Balagueró con los Sin Nombre (1999) y Darkness (2002). Pero, sobre todo, con su gran éxito dentro y fuera de nuestras fronteras [REC] (2007). La productora Fantastic Factory, Bayona con El Orfanato (2007), etc…
Quizá ahora se ha calmado un poco el fervor por el género de las pasadas décadas, pero mientras vayan apareciendo perlas como El Hoyo (2019, Galder Gaztelu-Urrutia) y nuevos directores como Paul Urkijo sigan en su línea, creo que el futuro está asegurado.
NM. Hace unos días presentabas en Instagram el canal de podcasts sobre cine de terror Crystal Lake, un nuevo proyecto en el que colaboras junto a Pedro Ruiz, Dani Ras y David Sánchez Torres. ¿Cómo nace esta iniciativa?
DN. La idea viene de Pedro Ruiz, que ya tiene un canal de YouTube dedicado al cine de terror, Freakvision, y nos propuso al resto hacer un podcast para charlar del cine que más nos gusta de forma distendida. La cosa quedó un poco en el aire, pero el confinamiento de los pasados meses fue cristalizando la idea hasta que, por fin, en septiembre nos pusimos a ello con la experiencia en videoconferencias adquirida a la fuerza en los últimos tiempos. ¡Os invito a todos a escucharlo!
NM. ¿Nos recomiendas a alguna o algún artista poco reconocido, pero con mucho talento?
DN. Aprovecho para recomendar que le echéis un ojo al increíble trabajo de los compañeros de @whynot.tattoo, ¡simplemente genial! Ya en otro ámbito os recomiendo a @_astrodomus_ que combina arte, astrología y tarot de una forma nunca vista antes. A @rotten_brain_studio que hace unas figuritas entre lo “cute” y lo grotesco de lo más molonas… Y, hablando de cosas grotescas, @thats.vile hace unas marionetas y figuras que redefinen el concepto de la sordidez y mal gusto, ¡me tienen enamorado!
NM. Cuéntanos lo que quieras.
DN. Simplemente quiero agradeceros al equipo de revista Negromundo el haberme concedido esta entrevista y la labor que hacéis divulgando el arte y la cultura fuera de los circuitos mainstream. ¡Un saludo!
Sitios oficiales del artista:
https://www.instagram.com/daninefasto_tattoo/
https://www.etsy.com/es/shop/NefastoCreatures