El claroscuro de Caravaggio, la escultura clásica y la figura del cuerpo humano masculino son únicamente algunas de las influencias que han marcado la senda artística del fotógrafo Aurelio Monge (Jaén, 1971).
Su visión del hombre desnudo parte del ideal de belleza clásico que, a su vez, bebe del barroco. Así se contempla en sus obras más representativas: Academics: un homenaje a Caravaggio 400 años tras su muerte y Anima Inquia, una reflexión sobre los derechos humanos.
El artista no se pone límites, por lo que la fotografía de corte académico no es la única que practica. También incursiona en lo conceptual o en la línea de las vanguardias del siglo XX.
Negromundo. En su obra la frontera entre la pintura y la fotografía es difusa. ¿De qué manera surgió esta técnica?
Aurelio Monge. Fue como una revelación a raíz de la magnífica exposición intimista de Caravaggio en el Quirinale en marzo de 2010. Previamente ya había sentido interés por explorar fotográficamente la técnica del claroscuro, pero no había dado el paso hasta ese momento. Fue como una pulsión. Una necesidad de experimentar por mí mismo escenas de índole academicista bajo condiciones de luz tenebrosas obviando la artificialidad de los flashes y limitando la luz en la escena a una sola fuente, cálida y pobre. Conseguí ese efecto con una bombilla LED de 6W que aún conservo como un tesoro.
N.M. ¿Qué ventajas y desventajas tiene la fotografía respecto a la pintura?
A.M. Son medios diferentes que han ido de la mano desde la invención de la cámara oscura, antes de que pudiera plasmarse en una placa aquel espectro de la luz que atravesaba el objetivo. Desde la perspectiva de la pintura realista o hiperrealista, retrato o paisaje principalmente, la pintura no puede competir con la fotografía. Obviamente siempre dependiendo del destino y la intención de la obra, sea fotográfica o pictórica. Del mismo modo la fotografía aún está reivindicando su lugar entre las diferentes manifestaciones artísticas del Homo sapiens.
«Desde la perspectiva de la pintura realista o hiperrealista, la pintura no puede competir con la fotografía»
N.M. Se ha extendido mucho la idea de que el retrato de desnudo masculino es más complejo de llevar a cabo que el femenino. ¿Comparte esta opinión?
A.M. No la comparto por el mero hecho de que el hombre atraído por el sexo opuesto ocupa un puesto de hegemonía y copa los medios con el uso de la mujer como motivo de inspiración. Es cierto que por mi androfilia tiendo de forma natural a interesarme por retratar la figura masculina sobre la femenina. Entiéndase androfilia como una atracción y admiración hacia lo varonil estéticamente bello.
Desde mi experiencia he podido observar más predisposición por parte del sexo masculino que el femenino. Los hombres que han aceptado posar para mí no parecían tener tantos complejos o prejuicios como las mujeres. Ellas son conscientes de la evolución de su físico desde una temprana edad y los efectos visibles del envejecimiento por lo que tener un control de su imagen es vital para la autoestima y también la protección de su intimidad ante una sociedad mediática donde no es fácil saber cuál será el destino de las imágenes publicadas.
N.M. ¿Cómo se puede hacer sentir cómodo al modelo en una sesión de desnudo?
A.M. Pues supongo que cuando la persona a quién me dirijo para proponerle una sesión de fotos ve mi trabajo y referencias le transmito confianza. Luego hay que hablar mucho y generar empatía, explicando el motivo de mi interés, el proyecto o la idea. Y dejar que el modelo lo medite y sienta que quiere formar parte de él y vivir esa experiencia.
Mis propuestas no se reducen a una sesión de estudio de una o dos horas, sino que les invito a venir a casa. Les invito a conocernos a mí y a mi pareja (escultor y pintor), entender por qué nos gusta hacer lo que hacemos, nuestra filosofía y estilo de vida, disfrutar de nuestro hogar y del encanto del lugar donde vivimos. De manera que se convierte en un encuentro único e inolvidable. Por eso no veo a mis modelos como tal, sino como personas interesantes cuyas personalidades me inspiran y de los que puedo aprender algo nuevo. Aunque el observador no lo vea, las obras resultantes reflejan parte de esa experiencia.
«El hombre atraído por el sexo opuesto ocupa un puesto de hegemonía y copa los medios con el uso de la mujer como motivo de inspiración»
N.M. En el cine es muy común mostrar a la mujer desnuda de forma integral. Por el contrario, los desnudos masculinos se dan con menor asiduidad, y cuando se muestran lo hacen ocultando los genitales. ¿Por qué cree que sigue habiendo tanto pudor a día de hoy?
A.M. Creo que ya he respondido a esa pregunta indirectamente y es tan obvio que no hace falta entrar en detalles. Educar en la aceptación del desnudo como algo natural para superar estigmas impuesto por los dogmas, las tradiciones y la propia cultura es un debate que de una sociedad madura y menos conservadora. Lamentablemente, aunque vemos algunos gestos, en realidad estamos retrocediendo.
Yo mismo veo como antes de que redes sociales como Facebook extendieran sus condiciones y manera de estigmatizar, reprimir y censurar de forma global, he podido publicar sin problema imágenes que años después han sido borradas. En estos momentos cuesta difundir una fotografía académica de desnudo integral sin ser considerada NO apta para todos los públicos. Incluso medios como la pintura y la escultura también están sufriendo esa misma suerte. Sin embargo, en el cine seguimos viendo desnudos femeninos y no masculinos. ¡He aquí la incongruencia!
N.M. ¿Qué aspectos valora de un modelo a la hora de tenerlo en cuenta para sus fotografías?
A.M. Como bien decía antes, además de su porte, físico, fisionomía, rasgos u otras cualidades expresivas me interesa su personalidad, actitud y forma de interpretar aquello que está relacionado con la idea o el proyecto a desarrollar.
N.M. Su obra Homo Sapiens – Anima Iniqua invita a la reflexión sobre los derechos humanos que se contemplan en la Declaración Universal y “otros que no se contemplan pero que son vitales para la supervivencia y la dignidad humana”. ¿Cuáles son estos últimos?
A.M. La Declaración Universal de los Derechos Humanos no se pronuncia sobre el derecho a ser amado como un derecho universal. Según estudios neurológicos y científicos recientes “el amor no se registra como un sentimiento tal y como lo hace el odio o la alegría sino como una necesidad, es decir se presenta de manera muy similar en el cerebro como lo hace el hambre o el sexo”, considerándose el amor una necesidad humana como cualquier otra e incluso más grande. Ahora ya se sabe que la carencia de amor y cariño afecta al sistema inmunológico, la mielina y el buen funcionamiento de los neurotransmisores. El amor es considerado como el conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional.
En el ser humano el amor es tan importante que da sentido a la vida. Si la supervivencia es el fin biológico, es lógico que la especie humana confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente, lo cual contribuye a la supervivencia. Como bien decía Erich Fromm en “El arte de amar” (1956): “Si es verdad que el amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana, entonces toda sociedad que excluya el desarrollo del amor, a la larga perece”.
«La Declaración Universal de los Derechos Humanos no se pronuncia sobre el derecho a ser amado como un derecho universal»
N.M. Suele utilizar planos abiertos en su obra, pero los primeros planos o los detalles tienen menor presencia. ¿Es así por alguna razón?
A.M. Pues sí y muy práctica. Cuando trabajo suelo moverme mucho, hablar mucho con el modelo, poner yo la pose que quiero que imite él, corregir detalles en las manos, los pies, la muñeca, los dedos, la mirada… De manera que para mí, tener la cámara fija sobre el trípode captando toda la escena es una manera de mantenerla a salvo. Además, trabajo en condiciones de luz que requieren evitar cualquier vibración o movimiento, por lo que capturo siempre con un comando a distancia. En el estudio ambos, modelo y fotógrafo nos convertimos en actores e interpretamos un rol, un personaje. La actuación ayuda a conseguir la expresión que busco. Es casi coreográfico y hay mucho movimiento, aunque la imagen resultante sea un fotograma de lo que bien podría ser un clip de video. Pero me niego a dar el paso aunque he hecho cosas dentro del videoarte: Anima in Exilium, Anima Obscura, etc.
N.M. De niño solía dibujar y pintar. A los 18 años comenzó su incursión en la fotografía. ¿Sigue pintando y dibujando?
Sigo pintando y dibujando pero con la cámara. Solo fue un cambio de medio, una evolución, pero cuando proyecto una pose, una escena, la pinto mentalmente y dibujo todos los detalles de cada parte del cuerpo y el attrezzo. Mi mente no para, es una experiencia increíble. A veces hago bocetos, otras siento que estoy pintando durante el procesado final de la imagen con la tableta gráfica.
N.M. ¿A qué ciudad del mundo considera la cuna del arte?
A.M. Toda manifestación artística es inherente al Homo Sapiens, aunque el Neandertal también dejó evidencias de ello, por lo que desde los albores de la especie estamos creando arte.
N.M. En Instagram abrimos un cuestionario para hacer partícipes de esta entrevista a los seguidores. A @patasdegallo6 le gustaría saber si le influencia o le atrae el tenebrismo de Caravaggio.
A.M. Sin lugar a dudas, pero también José de Ribera, Velazquez, Rubens, Miguel Ángel, Rafael, pero a nivel compositivo mi fuente de inspiración es la escultura clásica y toda influencia posterior.
N.M. @mayra.nicole.ph pregunta qué le motivó a hacer este tipo de fotografía.
A.M. Si se refiere a mi obra academicista fue un impulso por ponerme en el papel del autor tras contemplar con admiración las obras maestras de nuestro arte occidental. Experimentar por mí mismo lo que se siente. El reto de componer y conseguir algo que a priori puede parecer sencillo, pero créeme: un pintor se toma su tiempo, a veces años, en completar un cuadro. Hace posar al modelo un momento y descansa, toma apuntes, hace bocetos e incluso puede corregir o eliminar aquello que no convence (como hacemos en los programas de edición). El día que se levanta con ánimo y entusiasmo aborda la obra y cuando no la deja aparcada o inacabada.
En ese sentido me siento pintor solo que he de conseguir todo eso en un tiempo récord para que el modelo no se canse y desmonte la pose porque una vez te acercas a ella se siente un momento “eureka” y no se puede parar, descansar y volver a intentarlo. En esos casos se pierde la naturalidad y en mis obras hay muchas donde eso es evidente y soy consciente.
«Me gusta abrazar a mis modelos. Ellos son testigo de ese estado de catarsis y se produce en contadas ocasiones«
N.M. ¿Qué es el «momento eureka»?
Ese momento “eureka” es como un orgasmo, se desatan mil sensaciones, tensión, inquietud, alegría, plenitud, nervios y después una paz sensacional. Por eso me gusta abrazar a mis modelos. Ellos son testigo de ese estado de catarsis y se produce en contadas ocasiones, pero cuando se consigue la obra resultante ya no es lo importante sino el proceso, la experiencia en sí.
Y al igual que el pintor, el procesado a posteriori debe hacerse embebido de ese estado anímico y entusiasmo. No se puede procesar como si fuera algo rutinario o un trabajo. Cuando lo he hecho sin ganas, sin la predisposición, el resultado deja mucho que desear y en ocasiones he vuelto a empezar de nuevo cuando he retomado la obra realmente con cariño, respeto y mucha ilusión.
Al final se trata de vivir sensaciones satisfactorias que te hacen sentir bien. Ahora llevo un tiempo sin hacer nada simplemente porque el cuerpo no me lo pide a pesar de tener ideas en mente.
Sitio ofical del artista: http://www.aureliomonge.com