El padre de Michael Ende es considerado por muchos como el primer pintor alemán del surrealismo


Los mundos fantásticos de la obra literaria de Michael Ende (Filderstadt, 1929) son, en la actualidad, fuente de inspiración de numerosas series de animación, películas e incluso se manifiesta en las artes escénicas. Pero la obra del autor de La historia interminable hubiese sido muy diferente sin la influencia de su padre. Tal vez no hubiese existido ni la Torre de Marfil, ni la Vetusta Morla, ni tampoco el afable dragón Fújur. La Nada no hubiese podido tratar de destruir Fantasía. Atreyu y Bastian nunca hubiesen sido los héroes que todos quisimos ser de niños, porque no hubiesen existido sin la obra pictórica de Edgar Ende (1901, Altona).

Ende padre es considerado por muchos historiadores del arte como el primer pintor alemán surrealista. Sus pinturas comenzaron a ser reconocidas internacionalmente cuando el artista tenía 30 años. Por desgracia, la luminosidad de su obra no tuvo tiempo de alcanzar la incandescencia, pues tras la Gran Depresión que asoló toda Europa y con el ascenso de Hitler al poder, tanto su obra como la de otros autores de reconocido talento, fue prohibida por el régimen. El arte sólo era tal si se despojaba de todo aquello que los nazis consideraban obras con influencias judías, bolcheviques o que tuviesen elementos que guardasen relación con otras culturas. En definitiva; se censuró, prácticamente en su totalidad, todo el arte moderno.

Arte Degenerado

Con motivo de desprestigiar y ridiculizar a todos los autores de obras que el régimen consideraba corruptas, blasfemas o propias de personas con deficiencias mentales, se llevó a cabo una de las exposiciones más famosas de la historia del arte que llevaba por bandera el calificativo “arte degenerado” y mediante la cual se trataba de influir en la opinión pública mediante letreros satíricos, ofensivos y descalificantes. En esta exposición, compuesta por piezas requisadas de colecciones públicas, tenían cabida todas las obras que no eran consideradas por el nazismo como “arte heroico”, esto era todo el arte “no alemán” que se producía al margen de los convencionalismos propios de aquella época y aquel territorio.

Edgar Ende fue reclutado como artillero por el ejército alemán en 1940. Otros compañeros artistas que tuvieron peor suerte fueron asesinados. Y, en el mejor de los casos, algunos fueron despedidos de sus puestos de trabajo o detenidos. El pintor murió a causa de un infarto un 27 de diciembre de 1965.

Lo que sabemos de Edgar Ende gracias a su hijo Michael

Lamentablemente, nunca podremos saber cuánta popularidad hubiese alcanzado la obra de Ende padre, pues se conservan pocas de sus pinturas, dado que la mayor parte de su obra fue destruida en el bombardeo que tuvo lugar en Múnich en 1944. Por otro lado, lo poco que se conoce de su carrera artística se lo debemos a su hijo Michael, quien ha dejado constancia del valor de su legado entre las páginas del libro titulado Carpeta de apuntes, una recopilación de textos del autor de Momo donde no se recogen sólo poemas o relatos, también reflexiones del escritor construidas sobre los cimientos de sus vivencias y de la vida en su sentido más amplio.

Además, Ende hijo escribió uno de los libros más populares de su carrera inspirado por las pinturas de su padre. Una obra compuesta por diversos relatos titulada El espejo en el espejo. Y es que sólo un escritor con una imaginación tan desbordante como la de Michael Ende puede abordar con éxito un proyecto literario basado en las pinturas de un artista del surrealismo, dado que este movimiento escapa de lo racional, de lo congruente. El surrealismo es una manifestación del arte tan personal que, en muchas ocasiones, ni siquiera tiene coherencia en el consciente del propio artista.  

“Si se quieren entender bien las intenciones artísticas de mi padre, es imprescindible saber que él era profundamente religioso, si bien de un mundo heterodoxo, aconfesional. La realidad de un mundo espiritual, no perceptible por los sentidos, estaba para él fuera de toda duda, y eso no como un concepto abstracto, sino en un sentido muy concreto, más aún, personal y esencial”, afirma Ende en Carpeta de apuntes (Ende, Michael – 199. Editorial Alfaguara. Vía: http://endeland.blogspot.com/).

Michael Ende escribió los relatos de «El espejo en el espejo» inspirado por las pinturas de su padre

En las pinturas del alemán, elementos como la magia, la muerte, el miedo o la soledad forman parte de parajes oníricos y coloridos que recuerdan a autores como Salvador Dalí o Max Ernst. No obstante, Michael Ende señala una diferencia importante en este sentido:

“También desde el punto de vista formal, se le comprende mejor si se le ve en esta tradición de los individualistas, pues al igual que aquellos, él también aspiraba a un cierto clasicismo, o incluso ingenuidad en contraposición, por ejemplo, al manierismo consciente de Dalí o la escéptica ironía de Ernst” (Ende, Michael – Carpeta de apuntes – 1996. Editorial Alfaguara. Vía: http://endeland.blogspot.com/).

Edgar plasmaba en el lienzo su mundo interior, pero, según su hijo, pretendía lograr que el observador crease, de forma natural, su propia interpretación de la pintura. Y asegura que podían pasar días hasta encontrar un título apropiado para sus obras que inspirase a quien las contemplaba sin fijarse en ningún elemento concreto.

La obra de Edgar Ende puede no merecer para algunos el reconocimiento del que gozan las de otros artistas surrealistas. Pero el valor económico de las piezas artísticas no siempre es sinónimo de calidad y, como dijo el autor: “El buen gusto no tiene nada que ver con el arte, sino con la confección de sombreros”. Muchos desconocerán la obra de este pintor, pero gracias a su hijo Michael Ende, su historia será interminable.