Alucinaciones Nocturnas es la serie fotográfica en la que el artista retrata sus «horrendas visiones»
Sólo una mente creativa es capaz de servirse de espantosas experiencias que transcurren entre la vigilia y el sueño para materializarlas en piezas de arte. De estas experiencias habla el fotógrafo y diseñador gráfico Anthony Berrios (Valencia, Venezuela) a través de su serie fotográfica Alucinaciones Nocturnas (2019). El artista, quien entiende la fotografía como una forma de expresión personal y no como un oficio, comenzó a realizar esta serie motivado por la idea de retratar sus “horrendas visiones nocturnas, en un intento de expresar esa aflicción y convivir de una manera más natural con esos extraños episodios”.
Berrios, quien se reconoce obsesionado con la imagen, los conceptos, el simbolismo y lo experimental, cuenta que a medida que realizaba las fotografías encontró un punto de unión entre las visiones nocturnas y “la monstruosa ola que siempre regresa en determinados momentos de su vida”, esto es la ansiedad, momentos depresivos y algunos complejos personales.
El artista venezolano, quien comenzó su incursión en la fotografía a los 22 años, en esta obra ha unificado las alucinaciones con representaciones conceptuales de aquello que siente en ciertos momentos de su vida. Afirma, además, que estas piezas son el producto de la mezcla de su consciente e inconsciente, y esta es la razón por la que toda la serie gira en torno a una sola locación: el dormitorio, y a un solo objeto: la cama. “La habitación representa para mí el hecho de escuchar en silencio sin intentar pelear con aquello que me persigue, solo escuchar con atención”, confiesa. Y añade: “Nuestro día comienza y termina con la cama, es el lugar de descanso, del pensamiento, de la reflexión, de los planes, de la crisis, del llanto, de la introspección, del silencio; se transforma en lo que somos en ese momento, es ahí donde nos recostamos antes de poder dormir y miramos hacia arriba para encontrarnos con un techo, o con el obstáculo más cercano a nosotros mientras la mente intenta volar, para luego despertar al siguiente día y enfrentar al futuro desconocido”.
Berrios considera la práctica fotográfica como una actividad simple y complicada, hermosa y atormentadora, excitante y reveladora. “Con mi cámara disparo hacia mis adentros. He retratado en cada fotografía alucinaciones visuales y sensoriales que por lo general tienen una corta duración y se presentan difusas en mi retina, alternadas con representaciones de mis aflicciones, lo que termina convirtiéndose en un todo. Una amalgama visual que, cada vez que recurro a ella descubro un poco más sobre mí”, afirma.
El fotógrafo concluye Alucinaciones Nocturnas con unos versos tan personales y viscerales como las propias imágenes y, al igual que estas, hielan la sangre:
La puerta… la cama… el dormitorio… la noche… el pulso…
Me enfrento al espacio reducido, ¿es afuera como es adentro?…
Pensamientos encadenados que impiden el descanso, una razón escondida y una señal a la vista…
Horas de oscuridad, mis sentidos se fusionan, se avecina la tormenta, desconocimiento, distorsión…
El efímero momento que es eterno en mi ser, se convierte en una lucha entre el orden y el caos de mis pensamientos, pensamientos que navegan en un mar negro. ¿El mar negro de mí?…
Realidad alterna, abro los ojos, veo lo inexplicable, me pongo de pie, inicio la búsqueda, la desconocida búsqueda…
Preocupación, confusión, durante la extraña vigilia no soy capaz de articular una sola palabra…
Escalofrío… claustrofobia… impotencia… Penetra, se adhiere, soy el eterno petrificado del momento efímero…
Enciendo la luz externa, pero mi luz interna sigue apagada, ¿Qué quiero encontrar? no hay respuesta, hay presión, presión que me aplasta con la fuerza de la gravedad…
Sitio oficial del artista: https://www.silentiko.com/